En fisioterapia hace muchos años que existe y se aplica la hidroterapia para curar y rehabilitar una serie de enfermedades, por este motivo hace ya más de 20 años que un grupo de fisioterapeutas del ámbito de la pediatría, que trabajábamos en equipos de atención precoz, decidimos iniciar la andadura de proponer actividades en la piscina como recurso facilitador de la motricidad en todos aquellos niños que tienen problemas motrices ( niños con parálisis cerebral, espinas bífidas, atrofias espinales, síndromes de Down, etc., etc.).
En estos momentos somos muchos los centros, tanto de atención precoz como de educación especial, que vamos con nuestros pacientes a la piscina a realizar actividades semanales, en algunos casos deportivas, en otras lúdicas y en otras terapéuticas.
El abordaje y los objetivos de la actividad acuática son muchos y variados, van a depender fundamentalmente de la disciplina de los profesionales que la lleven a cabo (maestros, profesores de educación física, monitores de ocio, psicólogos, logopedas, terapeutas ocupacionales, etc) y de lo que cada uno de nosotros persigamos con esta actividad.
Para realizar la actividad acuática no basta solo con llevar los niños y sus familias al agua. Es imprescindible disponer de una metodología de trabajo y un marco teórico de referencia, en el que se sitúe cada uno de los profesionales que la aplican. En todos los enfoques, lo que han de existir son unos principios fundamentales como: respetar al niño y su momento evolutivo emocional y físico, proporcionar un clima de seguridad y confianza en todo momento y mantener una coherencia en todo aquello que se haga.
Después de una amplia formación en el campo de la pediatría y de una práctica continuada en el medio acuático, a lo largo de estos años he ido modificando la manera de entender y llevar a cabo esta actividad. En estos momentos para muchos de nosotros la actividad acuática es mucho más que un recurso terapéutico para favorecer el desarrollo motor y rehabilitar las alteraciones motrices. Es un potente medio de comunicación y relación entre padres y niños, entre padres y terapeuta y, por supuesto, entre terapeuta y niño.
Marco teórico sobre el que cimienta la actividad acuática propuesta desde CDIAP de Mollet del Vallés:
- La interdisciplinariedad que define y marca una manera de atender y entender al niño y a la familia.
- La atención global, en la cual los profesionales que atendemos al niño, seamos de la disciplina que seamos, lo abordaremos teniendo en cuenta todas sus circunstancias personales y ambientales (modelo CIF).
- Las teorías que nos explican en qué circunstancias y cómo se produce el aprendizaje motor: como son la teoría de los sistemas dinámicos, teoría de la selección neuronal, enfoques terapéuticos centrados en la funcionalidad, dejando de esta manera de lado la rehabilitación de las estructuras corporales.
- El Modelo centrado en la familia, desde el que incide en potenciar las habilidades como padres, haciéndoles partícipes en la toma de decisiones de todo lo referente a las necesidades de ellos y de sus hijos.
- A nivel técnico nos basamos en el concepto Halliwick, basado en el respeto hacia el niño, dándole el tiempo necesario para que se adapte y se ajuste al nuevo medio. Este concepto nos proporciona una guía en el trabajo terapéutico mediante un programa de 10 puntos y el aprovechamiento o la utilización de los componentes físicos del medio acuático (temperatura, presión hidrostática, hidrodinámica). Los ajustes posturales y los agarres son fundamentales para favorecer el aprendizaje y la rehabilitación en este medio.
La importancia de la familia
Debido al tipo de intervención que hacemos los fisioterapeutas y a la corta edad de los niños que atendemos, los padres suelen estar presentes en las sesiones durante toda la primera fase del tratamiento. Sin duda una de las mayores dificultades con las que nos encontramos es entender y saber manejarnos con los distintos procesos emocionales, situaciones de estrés, duelos permanentes,… por los que atraviesan las familias en las primeras etapas de la intervención temprana. Estos procesos son los que, en numerosas ocasiones, influyen en su nivel de participación, aspecto esencial para el aprendizaje de los niños en su entorno natural.
Uno de nuestros principales objetivos con la familia es ayudarlos a entender el “por qué” y “el para qué” de nuestras intervenciones, de manera que puedan adquirir la mayor cantidad de conocimientos posibles y puedan capacitarse para que ser más participativos.
El modelo centrado en la familia sostiene la importancia y necesidad de trabajar en colaboración con las familias. Necesitamos aprender cómo mejorar su capacitación e implicación como promotores del desarrollo. Es un reto que nos obliga a “reflexionar” sobre nuestro posicionamiento frente a la familia, ya que han de poder participar en la valoración de las necesidades, a planificar y poner en marcha los objetivos y actividades.
La actividad acuática es una buena manera de practicar con este modelo centrado en la familia, en la piscina se les potencia la participación y la creatividad, se sienten capacitados para resolver situaciones y proponer actividades/ tareas/ ejercicios que ayuden a aminorar algunos problemas relacionados con las estructuras corporales y el funcionamiento:
- mejora del estado de salud
- resistencia a la actividad
- trofismo muscular
- potenciación de grupos musculares
- recorrido articular
- relajación del musculo
- postura
- control de los movimientos selectivos
- equilibrio
- coordinación
- marcha
- salto
- rotaciones, …
También se trabajan aspectos emocionales como:
- la vinculación y el apego
- el proceso de separación y autonomía
- se fomenta la participación de la familia en una actividad realizada en la comunidad
- se facilita que las familias pueden compartir su experiencia con otras familias, …
De todas las actividades que realizo con mis pacientes y sus familias en el CDIAP, la actividad acuática es la que me proporciona mayor satisfacción y en la cual consigo mejores resultados en todas las áreas (sensoriomotriz, cognitiva, emocional y social) ya que este medio favorece el vínculo afectivo, proporcionando gran placer y la satisfacción mientras realizamos la actividad juntos.
![]() Miembro directivo de efisiopediatric |
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Referencias bibliográficas
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Camus, Y. (1974). Aspectes pedagogiques d’une experience d’adaptation de jeune enfant au milieu aquatique. Education Physique et Sport, 129/130,42-50.
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Shumway -Cook, A y Woollacottt, M H.; “Motor Control. Theory and Practical Applications.” Ed. Lippincot Williams & Wilkins, USA, 2001.
Muy interesante Ascen! Totalmente de acuerdo!para mí también es un espacio donde disfruto especialmente y los tratamientos son muy satisfactorios.
Cuanto tiempo sin vernos …
Un abrazo