Para ello se ha llevado a cabo un estudio con 17 niños con diagnóstico confirmado de TEA de 4 a 7 años y 17 niños con desarrollo típico con edades similares.
Tras analizar los datos, los hallazgos de este estudio han encontrado altos niveles de actividad física moderada a vigorosa tanto en el grupo de niños con TEA como en el grupo de niños con desarrollo típico. Estos altos niveles de cumplimiento con las pautas de actividad física pueden explicar las tasas más bajas de deterioro motor encontrado en el grupo con TEA estudiado en comparación con la literatura anterior.
Por lo que estos hallazgos refuerzan aún más la importancia de una participación positiva establecida en la actividad física de moderada a vigorosa, que a su vez desarrolla las habilidades locomotoras, el estado físico relacionado con las habilidades y las habilidades de manipulación y aumenta la probabilidad de una mayor participación en el deporte a medida que los niños crecen.
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