El desarrollo de un niño es un proceso que está mediado por su entorno social. Este entorno social incluye todas la relaciones que impactan sobre el niño, tanto próximas, es decir las interacciones del niño con los miembros de su familia, cuidadores,...., como las relaciones distantes, entre la que se incluirían los recursos comunitarios, como los servicios de fisioterapia pediátrica, y las políticas gubernamentales.
Este proceso es dinámico y refleja las contribuciones que tanto el niño como su entorno aportan a la interacción, siendo por lo tanto un proceso bidireccional.
Por eso, para los fisioterapeutas pediátricos, nos resulta importante conocer las prácticas basadas en las relaciones, dado que el desarrollo y aprendizaje de conductas motoras ocurren en contextos de incluyen estas interacciones sociales. Un bebé se mueve su cabecita porque quiere ver o escuchar a alguien, un niño mueve su brazo porque quiere alcanzar algo que alguien le ofrece o se desplaza gateando, caminando,.... porque quiere aproximarse a alguien, ....
Así mismo, los principios de diferentes teorías, como la teoría de sistemas bioecológicos, el modelo transaccional de desarrollo, la teoría de los sistemas dinámicos y la teoría de los sistemas familiares, ponen de manifiesto la importancia de apoyar y mejorar las relaciones que rodean a un bebé.
Las prácticas basadas en las relaciones, como fisioterapeutas, las debemos establecer a partir del primer encuentro que tenemos con el bebé o niño y la familia y durante todas las interacciones que tengamos con ellos.
Un elemento fundamental de este enfoque es la conciencia que debemos tener respecto a cómo los elementos sociales y actitudinales del entorno del niño pueden ser posibles apoyos o factores estresantes para el propio niño o sus cuidadores. Por eso, durante sesiones es importante:
- cómo apoyamos el papel de los padres para promover y mejorar el desarrollo de su bebé o niño
- tener en cuenta que la relación entre los cuidadores y el niño es evolutiva y dinámica, y
- las relaciones que establecemos con los niños y las familias.
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"Un cambio de visión bastante importante, para poder llevarla a cabo en mi trabajo, he aprendido a hacer una observación mucho más global y desde otro punto de vista" (Sara R.C.)
"Me ha aportado muchísimo. Sobre todo a ver al niño desde otra perspectiva y me ha ayudado a relacionarme mucho mejor con ellos" (Nazareth M.P.)
Relaciones que se establecen
En las prácticas basadas en las relaciones participan tres miembros clave: el bebé, el cuidador/es y el terapeuta; entre quienes se definen tres tipos de interacciones interpersonales:
. entre el niño y el cuidador
. entre cuidador y terapeuta
. entre el niño y el terapeuta
Los comportamientos interpersonales de cada miembro (niño, cuidador y terapeuta) contribuyen en las interacciones de cada momento a momento y contexto para el aprendizaje.
Así mismo, estas las relaciones pueden ocurrir en una variedad de situaciones, no limitándose únicamente a la sala de terapia, sino que pueden producirse en el hogar del niño, en el hospital, otros centros de terapia, otros entornos del niño,....
Niño / Cuidador
Un niño puede tener uno o más cuidadores principales (padres, abuelos, otros familiares, niñeras, ..., incluso en condiciones médicamente frágiles, enfermeras y asistentes).
Es importante fomentar una buena combinación entre las necesidades del niño y la visión del cuidador hacia el bebé para optimizar los resultados del niño.
La experiencia y la respuesta de un cuidador ante los comportamientos de los niños (estado emocional, comunicación verbal y no verbal), los factores personales del niño (la salud, el crecimiento, la alimentación y del sueño) y los factores ambientales ( estrés o apoyo familiar / comunitario con el que cuente el cuidador) van a estar influenciadas por historia personal del cuidador.
Para optimizar los resultados del niño y la familia se debe promover la confianza del cuidador/es y su competencia en el cuidado del bebé, para lo que le debe ayudar a interpretar las señales del bebé con precisión, así como reconocer sus situaciones de la vida actuales.
Cuidador / terapeuta
La relación entre el cuidador/es y el fisioterapeuta, en muchas ocasiones, se inicia con la evaluación inicial y se prolonga durante los primeros años de vida del bebé. Es frecuente, además, que las familias cuenten con múltiples terapeutas, si el bebé requiere de diferentes tratamientos.
Sin embargo, lo importante es tener presente que la mayoría de cuidadores y terapeutas lo que deseamos es que se establezca una relación de colaboración entre ambos, caracterizada la comunicación, el compromiso, la igualdad, la habilidad, el respeto, la confianza, la compasión y la honestidad.
Esta relación entre el cuidador / terapeuta cambia con el tiempo en cuanto a la necesidad de información de la familia y a la dependencia de los cuidadores hacia nosotros respecto a la toma de decisiones. Muchos cuidadores, cuando sus capacidades en el cuidado de su hijo aumenta, su confianza en la toma de decisiones también aumenta. En los casos de cuidadores más autónomos desde el principio, con el tiempo lo que puede suceder es que nos solicitan más información a medida que comienzan a compartir sus sentimientos, preocupaciones e ideas. La evolución en esta relación está mediada por la calidad de la relación que se establece entre el cuidador/es y nosotros, como terapeutas.
Niño/ terapeuta
Cuando los fisioterapeutas interactuamos con el niño, debemos ser conscientes del efecto que nuestra presencia, manejo físico y comunicación verbal / no verbal tiene en niño, dado que los niños, especialmente los bebés, desarrollan un sentido de sí mismos a través de las interacciones con los demás. Además, los estímulos sensoriales que administramos debemos realizarlos para maximizar la capacidad de autorregulación del bebé.
Está demostrado que las intervenciones que se brindan para promover el disfrute, el compromiso y la sensación de bienestar y la seguridad son beneficiosas para el niño.
Así mismo, es muy importante tener presente que nuestros comportamientos sirven de modelo para los cuidadores y les informan de las necesidades y capacidades únicas del niño.
Cómo aplicarlo en la práctica
El hecho de tener en consideración de todas las dimensiones del entorno del niño promueve el bienestar físico y emocional, tanto al niño como al cuidador.
Los fisioterapeutas debemos poner en práctica nuestras habilidades interpersonales en todo momento, incluyendo los momentos de evaluación, planificación e intervención.
Para construir una relación basada en la confianza, respetuosa y productiva con los cuidadores debemos llevar a cabo un proceso continuo y fluido de recopilación e intercambio de información sensible y reconocimiento de las prioridades de la familia.
También es importante tener presente que el niño y su entorno social se influyen mutuamente, que y ambos cambian a través de la experiencia. Esto nos brinda la oportunidad de individualizar los estilos de interacción y de enseñanza para adaptarlos a las circunstancias de cada niño.
Fuente de la información
Academy of Pediatric Physical Therapy Fact Sheet/Resource. Weaving Relationship-based Practices into Intervention: A Guide for Pediatric Physical Therapists https://pediatricapta.org/includes/fact-sheets/pdfs/18%20Relationship%20based%20Approach%20to%20Intervention%20FS.pdf
Fuente de las imágenes
https://www.pregnancyandbaby.com.sg/index.php/parenthood/family-bonding/261-199