Aunque está ampliamente aceptado que los déficits motores son una característica generalizada entre los niños con trastorno del espectro autista sigue siendo difícil de alcanzar una comprensión clara del perfil motor de los niños con TEA.
Hoy en día existe un creciente cuerpo de evidencia indica que los déficits motores son una característica común de los niños con TEA, y que estas diferencias surgen tempranamente en el desarrollo, sin embargo existe evidencia contradictoria sobre qué aspectos del desempeño motor (equilibrio estático, equilibrio dinámico, equilibrio complejo o global) están deteriorados en comparación con sus iguales neurotípicos.
El hecho de que la evaluación de los comportamientos motores se lleve a cabo de forma aislada, basándose habitualmente en una sola herramienta de rendimiento motor, supone un obstáculo para identificar un perfil motor más completo en niños con TEA.
Esta #revisionfisiopediatrica está dirigida a un estudio cuyo propósito ha sido establecer un perfil motor sólido en niños con TEA en una gama más amplia de habilidades motoras mediante el uso de dos evaluaciones motoras estandarizadas a gran escala (MABC-2 y BOT-2) junto con un cuestionario para padres (Vineland-3) para capturar una visión integral del desempeño motor y luego comparar el desempeño con sus iguales neurotípicos.
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Para ello se han aplicado las distintas evaluaciones a 24 niños, 12 niños con diagnóstico médico de TEA (de 5 a 12 años) y 12 niños con desarrollo típico (de 5 a 11 años).
Tras analizar los datos recogidos se ha encontrado que los niños con TEA entre las edades de 5 y 12 años tienen mayor dificultad con las tareas motoras globales en comparación con sus pares neurotípicos en todas las herramientas de evaluación motora (MABC-2 y BOT-2).
No obstante, aunque de manera general los niños con TEA muestran deficiencias en tareas que tienen como objetivo la fuerza, la velocidad, la agilidad, la coordinación y el equilibrio tanto estático como dinámico no todos los niños con TEA tienen dificultades con las habilidades motoras o habilidades de la vida diaria.
Esto refuerza la importancia de los planes individualizados de intervención y el uso de herramientas de evaluación clínica como pieza clave para la toma de decisiones clínicas.
Así mismo, los autores resaltan que dado que las manifestaciones de los déficits de habilidades motoras específicas de la población con TEA son variables, los fisioterapeutas deben incluirse en la evaluación continua y la implementación de planes terapéuticos integrales para niños con TEA para brindar atención personalizada para el perfil motor de cada niño.
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