La función motora adecuada y la capacidad de mantener una postura corporal erguida son cruciales para el equilibrio y la participación en actividades físicas: los niños con una mejor estabilidad postural tienen más probabilidades de participar en actividades físicas y menos probabilidades de vivir un estilo de vida sedentario.
Para los niños con trastorno del espectro autista (TEA) el deterioro de la estabilidad postural está bien establecido en la literatura que presentan mayores desplazamientos del centro de presión, áreas de balanceo y mayores velocidades de balanceo en comparación con niños en desarrollo típicos de la misma edad.
Aunque investigaciones previas habían establecido que el desarrollo de las estructuras responsables del control postural se completa a la edad de 7 años, investigaciones posteriores indican que los niños aún adquieren experiencias motoras y desarrollan estrategias de control postural después de esta edad.
El estudio de la complejidad de balanceo es importante dado que la complejidad de balanceo óptima se ha considerado como un mecanismo de control postural saludable. Sin embargo, pocos estudios han investigado la complejidad del control postural en las personas con trastorno del espectro autista.
Esta #revisionfisiopediatrica está dirigida a investigar el efecto de la edad sobre la estabilidad postural en niños con trastorno del espectro autista, específicamente, a nivel de la amplitud y la complejidad del balanceo.
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INICIO 7 DE NOVIEMBRE 2023
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Para ello se ha llevado a cabo un estudio de los cambios en el control postural en 29 niños y adolescentes de entre 6 a 14 años de edad con TEA con ayuda de una plataforma de fuerza.
Tras analizar los datos recogidos se han observado algunos cambios relacionados con la edad en el control postural en niños con trastorno del espectro autista, siendo el grupo de niños más mayores 13- 14 años) quien muestra una mejor estabilidad postural mediolateral en comparación con el grupo de niños más pequeños (6 -8 años). Los hallazgos encontrados sugieren que los niños con TEA pueden desarrollar lentamente la estabilidad postural, mostrando cambios significativos durante un largo período de tiempo.
Ante estos hallazgos los autores señalan que los programas de intervención temprana centrados específicamente en mejorar la complejidad del control postural pueden ser potencialmente beneficiosos para los niños con TEA.
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