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Cómo podemos evitar convertir a la familia en terapeutas de sus hijos

 

 

En este artículo queremos tratar un tema que consideramos de gran relevancia como es el papel que adoptan en muchas ocasiones los padres como terapeutas de sus hijos y qué estrategias tenemos los fisioterapeutas pediátricos para minimizar esas conductas.

Las familias, de manera comprensible e instintiva, tienen el afán de querer hacer todo lo posible para sus hijos, y estos les lleva a preguntarnos que ejercicios pueden hacer, a intentar imitar los ejercicios que ven en terapia e, incluso, a comprar los mismos materiales que tenemos en las salas de fisioterapia. Una vez en casa, sacan tiempo en su día a día, aunque no lo tengan, para realizar estos ejercicios, aunque a veces tienen la sensación que no los hacen igual que el fisioterapeuta.

Por otro lado,  hay ocasiones en las que las familias llegan al final del día y no han realizado los ejercicios. Algunas veces por falta de tiempo,  otras por olvido o porque el niñ@ no ha querido, otra porque el niño ha estado enfermo o han tenido una visita a casa inesperada,  o porque están unos días de vacaciones… ¿Qué ocurre entonces? Pues en muchas ocasiones  todo esto hace que a las familias les genere un sentimiento de no estar haciendo todo lo posible por su hijo@. Cuando la familia ha asumido el rol de terapeuta, y asume esta carga, esto tiene repercusiones emocionales negativas. 

 

Como ya hemos dicho en otros artículos, el papel de la familia es acompañar y promocionar el desarrollo de su hijo@ durante todos los momentos del día. Por ello, los fisioterapeutas pediátricos debemos promover y abastecer a las familias de las estrategias necesarias que les ayuden a favorecer el aprendizaje y la autonomía del niño en las diferentes rutinas y entornos en el que transcurre sus vidas.

El éxito de nuestras intervenciones se concreta en que las familias hagan pequeñas actuaciones a lo largo del día, apoyadas por el fisioterapeuta, teniendo la confianza y seguridad que lo están haciendo todos los días está bien, sin suponerles una carga de tiempo extra.

Son muy pocas las ocasiones en las que las familias deben llevar a cabo “ejercicios” específicos para ayudar a su hijo, si bien es cierto que en momentos puntuales puede ser necesario que hagan alguna acción concreta, pero esta siempre debe estar apoyada por el fisioterapeuta y perseguir algún objetivo concreto y delimitado en el tiempo.

Como fisioterapeutas podemos (y debemos) promover las siguientes acciones que tendrán una repercusión positiva en las familias:

  • imagesLa terapia debe basarse en acciones concretas del día, en lugar de hacer ejercicios de manera aislada. Así, las familias tendrán la oportunidad de incidir en la tarea cada vez que el niñ@ la realice de manera natural a lo largo de la semana, y no dejar de hacer alguna actividad por hacer los ejercicios. En el momento que les damos pautas, o mensajes, de haz esto tantas veces al día, los padres hacen terapia.

Un  ejemplo de esto podría ser cuando ante un niño con dificultades para caminar, se le hace caminar en casa durante unos minutos  por un pasillos o por una estancia, sin más motivación que la de entrenar la marcha. En lugar de esto resulta mucho más adecuado, incluir este entrenamiento de la marcha en una rutina del día a día,  buscando que el niño se desplace con un sentido y teniendo la oportunidad de hacerlo diariamente. Puede ser para ir del comedor a la cocina para cenar, a la habitación para ponerse el pijama,…. Es posible que el niño lo haga lentamente y con dificultades, por eso hay que reservar el tiempo que precise para hacer este recorrido, así como contar con las ayudas que le resulten necesarias para hacerlo lo más autónomo posible (caminador, barandilla,….).

  • Si la intervención a realizar es muy específica, como realizar un estiramiento para colocar una ortesis o limpiar vías respiratorias altas, el fisioterapeuta debe enseñar a la familia a realizarlo. No sólo basta con que nos vea, y pensar que ellos ya saben hacerlo. Es importante que tengan oportunidad de realizarlo junto a nosotros, para poder detectar dificultades y modular la maniobra. Cuando los padres tiene claro qué tienen que  hacer y porqué,  pueden hacerlo sin depender del fisioterapeuta.
  • Podemos pedir a las familias que observen qué pasa cuando realizan la tarea. Pueden anotarlo o grabarse con el móvil. En ocasiones, en el servicio de rehabilitación es complicado reproducir ciertos momentos del día. De esta manera, conseguimos dar respuesta a las preocupaciones de la familia y generar estrategias consensuadas entre el fisioterapeuta y la familia.
  • Al finalizar nuestra sesión podemos dejar por escrito las cosas importantes que se ha establecido con la familia. No podemos pretender pensar que la familia se acuerde de todo lo que se ha hablado.  Esto resulta de gran ayuda para rebajar el nivel de estrés de las familias, y se evita que tengan la sensación que algo se les olvida.

Realizando una escucha activa a las familias, detectando las oportunidades que tienen para introducir pequeños cambios en sus rutinas y observando las capacidades que poseen, nuestra intervención tendrá una mayor repercusión en los niñ@s y una menor carga terapéutica en los padres.

 

 

Manuel 2Por Manuel Pacheco Molero, diplomado en fisioterapia con la mención de premio extraordinario por la Universitat Rovira i Virgili en 2006. En 2007 Premio Nacional de fin de carrera otorgado por el Ministerio de Educación y Ciencia. Máster de Alto Rendimiento Deportivo del COE. Trabaja en Aspace Rioja desde 2009. Colabora en el Máster de Neurofisioterapia, de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.

                                                                                                                                                           

 Colabora en la dirección de efisiopediatric

 

 

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Referencias bibliográficas

McWilliam, R.A. The top 10 mistakes in early intervention in natural environments – and the solutions. Zero to Three, 31 (4), 11-16; 2011.

Workgroup on Principles and Practices in Natural Environments, OSEP TA Community of Practice: Part C Settings. Seven key principles: Looks like / doesn’t look like. [Internet] March, 2008. Disponible en: http://ectacenter.org/~pdfs/topics/families/Principles_LooksLike_DoesntLookLike3_11_08.pdf


Fuente de las imágenes

  1. http://bloghoptoys.es/para-sirve-motricidad-fina/
  2. http://www.sicologos.net/

 

Comentarios (4)

Enhorabuena, Manuel, de manera muy sencilla a traves de los ejemplos nos has recordado a padres y profesionales en que consiste realmente realizar actividades donde padres y niños colaboren de manera activa para mejorar determinadas funciones y capcidades. Gracias

Gracias Manuel… esto es más o menos lo que yo intento hacer con los padres y me sentía un bicho raro ya que la dinámica es en general enseñar ejercicios. Gracias a tus comentarios pienso que no iba por mal camino. Muchas Gracias!

Yo también me sentía un bicho raro por no “mandar ejercicios” a los padres, porque comprendo que necesitan sobre todo pautas de manejo y tiempo para disfrutar de y con sus hijos, que bastante tienen con la labor asistencial… También está bien que dejemos de hablar de “ejercicios” y hablemos más de juegos, que recordemos que son la vía de los niños para el aprendizaje, y muchas veces a los fisios se nos olvida que podemos “entrenar” determinadas destrezas, ciertos movimientos o hacer incluso estiramientos a través del juego del niño.

Me alegro que lo compartas. No eres un bicho raro, simplemente has observado a la familia y le habrás preguntado que necesidades tienen. Jugar es la única manera que tiene un niño para aprender.
Un abrazo!

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