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¿Qué es el Desorden del Desarrollo de la Coordinación?

 

El Desorden del Desarrollo de la Coordinación o DCD  es criterio diagnostico internacional que, a pesar de aparecer en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-IV y DSM-V, no es muy conocido ni utilizado a nivel español. 

En las escuelas de educación especial existen diagnósticos en los niños más pequeños como el Retraso Psicomotor y/o Retraso Madurativo sin la base diagnóstica establecida por los manuales diagnósticos (DSM y Clasificación Internacional de Enfermedades, o CIE-10). Estos diagnósticos, según diferentes autores (1-4), son utilizados en edades tempranas, cuando aún es pronto para descartar o confirmar otros diagnósticos. Pasado algún tiempo cuando el niño/a es más mayor, es importante volver a evaluar el primer diagnóstico y comprobar si el retraso se ha solucionado o si por el contrario se trata de otra patología.

Comúnmente, estos niños pasan a ser diagnosticados como Trastorno General del Desarrollo o Retraso Global del Desarrollo (según la nueva nomenclatura del DSM-V). ¿Quizás conociendo el diagnóstico de DCD, y teniendo en cuenta que estos otros diagnósticos no tienen en cuenta la afectación motriz en estos niños, la reevaluación de éstos cambiaria? ¿Se podrían diagnosticar más niños con DCD si se evidencian en ellos que cumplan los criterios diagnósticos descritos por la literatura?

 

 ¿Qué es el DCD?

 

El Desorden del Desarrollo de la Coordinación es un diagnostico que se establece en niños mayores, cuando el rendimiento en las actividades cotidianas que requieren integración motriz es sustancialmente inferior al esperado para la edad cronológica y para el nivel mental del niño. Se trata de niños que, sin padecer déficits mayores de tipo neurológico, muscular, osteoarticular, ni mental, se comportan de forma llamativamente torpe en actividades como correr, saltar, manipular, dibujar, etc. (1)

Se trata de un término utilizado a nivel europeo e internacional, según la Academia Europea de Discapacidad en la Niñez (EACD) (Bruselas, 2010) y del consenso internacional de Leeds (2006) (5,6), para definir una enfermedad crónica y por lo general permanente que pueden presentar algunos niños. Se caracteriza por alteraciones motoras que interfieren con actividades de la vida diaria y el rendimiento académico, y generalmente son percibidos por primera vez por las personas más cercanas al niño, padres y profesionales escolares (7).

Parece ser un trastorno bastante común de la infancia y se ha identificado en los niños de entre 6 y 12 años. La prevalencia actual se estima entre el 5% y el 8% de todos los niños en edad escolar, con más frecuencia en niños que niñas (2: 1). (7)

Ya en 1937, estos niños fueron clasificados como "torpes" y se vio que tenían dificultades para aprender y realizar nuevos hitos motores debido a una dificultad para el análisis de la información sensorial del medio ambiente, el uso de esta información para elegir un plan de acción deseado, la secuenciación del movimiento en una tarea específica, fallo en la transmisión o comunicación del mensaje correcto para producir una acción coordinada o la integración de todas estas cosas con el fin de controlar el movimiento mientras está sucediendo. (8,9)

Para poder hablar de las características de los niños con DCD debemos reconocer que se trata de un grupo muy heterogéneo. Algunos niños pueden experimentar dificultades en una variedad de áreas, mientras que otros pueden solo tener problemas  en una específica siendo el área motriz gruesamotriz fina y psicosocial las tres áreas afectadas.(8) 

Criterios diagnósticos:

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales quinta edición (DSM-V), el diagnóstico de DCD debe cumplir cuatro criterios (9):

1_white,_green_rounded_rectangle.svgLa adquisición y ejecución de las habilidades de coordinación motora están sustancialmente por debajo de lo esperado dada la edad cronológica del individuo, así como las oportunidades de aprendizaje y el uso de las habilidades. Las dificultades se mantienen como torpeza, así como por lentitud y poca precisión en la ejecución de las habilidades motoras (ejemplo: coger objetos, usar tijeras o cubiertos, caligrafía, montar en bicicleta o participar en deportes).

two-38531_960_720Las dificultades en las habilidades motoras del criterio 1 interfieren significativamente y persisten en las actividades de la vida diaria conforme son esperados para la edad cronológica (por ejemplo el autocuidado) e influye en la productividad académica/escolar, en las actividades laborales, de ocio y el juego.

 

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El inicio es en el período de desarrollo temprano.

 

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Las dificultades de habilidades motoras no se explican mejor por una discapacidad intelectual o por limitaciones visuales y no es atribuible a condiciones neurológicas que afectan al movimiento (por ejemplo: parálisis cerebral, distrofia muscular, trastorno degenerativo).

 

 Bibliografía recomendada:

  1. López Pisón J, Monge Galindo L. Evaluación y manejo del niño con retraso psicomotor: Trastornos generalizados del desarrollo. Pediatría Atención Primaria 2011;13:131-144.
  2. Narbona J, Schlumberger E. Retraso psicomotor. Asoc.Españ.Pediatr 2008;21:152-157.
  3. López Pisón J, Monge Galindo L. Evaluación y manejo del niño con retraso psicomotor: Trastornos generalizados del desarrollo. Pediatría Atención Primaria 2011;13:131-144.
  4. Rodríguez Ruiz C. http:www.educayaprende.com. 2016; .
  5. Blank R, SMITSENGELSMAN B, Polatajko H, Wilson P. European academy for childhood disability (EACD): Recommendations on the definition, diagnosis and intervention of developmental coordination disorder (long version)*. Developmental Medicine & Child Neurology 2012;54(1):54-93.
  6. BLANK R. European Academy of Childhood Disability (EACD): Recommendations on the definition, diagnosis and intervention of developmental coordination disorder (pocket version) German–Swiss interdisciplinary clinical practice guideline S3standard according to the Association of the Scientific Medical Societies in Germany*. Developmental Medicine & Child Neurology 2012;54(11):e1-e7.
  7. Barnhart RC, Davenport MJ, Epps SB, Nordquist VM. Developmental coordination disorder. Phys Ther 2003 Aug;83(8):722-731.
  8. Missiuna C, Ont OR. Children with developmental coordination disorder: at home and in the classroom. : CanChild Centre for Childhood Disability Research; 1999.
  9. Wilson PH, Ruddock S, SMITSENGELSMAN B, Polatajko H, Blank R. Understanding performance deficits in developmental coordination disorder: a metaanalysis of recent research. Developmental Medicine & Child Neurology 2013;55(3):217-228.
  10. MonWilliams M, Wann J, Pascal E. Visual–proprioceptive mapping in children with developmental coordination disorder. Developmental Medicine & Child Neurology 1999;41(4):247-254.
  11. Elbasan B, Kayihan H, Duzgun I. Sensory integration and activities of daily living in children with developmental coordination disorder. Ital J Pediatr 2012;38(1):14.
  12. Macnab JJ, Miller LT, Polatajko HJ. The search for subtypes of DCD: Is cluster analysis the answer? Human Movement Science 2001;20(1):49-72.

Fotografías empleadas: https://d3eizkexujvlb4.cloudfront.net/2016/12/22095819/Self-Regulation-Skills-and-Developmental-Coordination-Disorder.jpg