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La vida es lo que pasa fuera de la sala de fisioterapia

 

Este artículo tiene por objetivo plantear mis propias reflexiones e invitar al resto de profesionales a reflexionar sobre los cambios que están provocando los nuevos enfoques, respecto a la forma de aplicar la fisioterapia pediátrica y los objetivos a perseguir.

Y es que ya hace tiempo que muchos fisioterapeutas que nos dedicamos a tratar niños con discapacidad (actualmente utilizamos el término "niños con diversidad funcional'') nos planteamos si el enfoque que dábamos a nuestra intervención es la adecuada o no.

Desde siempre los servicios de fisioterapia, y en realidad de todas las especialidades que tratan niños con diversidad funcional, se han basado en el modelo experto, es decir, aquellos en los que el profesional es quien tiene todos los conocimientos necesarios para saber qué es lo que necesita el niño, establece los objetivos de la terapia y cómo llevarla a cabo (por supuesto, sin salir de la sala de fisioterapia). Tanto la familia como el niño son elementos pasivos en todo el proceso (la palabra "paciente" ya lo deja claro), se limitan a recibir la terapia y las indicaciones del terapeuta experto.

Actualmente, nos empezamos a introducir poco a poco en un nuevo modelo de intervención llamado "modelo centrado en la familia".

En otros países como los Estados Unidos y Canadá ya hace muchos años que lo aplican. El niño y su familia juegan un papel mucho más activo. Los profesionales somos expertos para la formación académica y la experiencia que tenemos tratando casos similares, pero cada familia es experta en su hijo y nadie mejor que ellos no puede decidir cuáles son sus necesidades y qué cosas dan prioridad para la terapia vaya bien. En todo momento se tienen en cuenta los intereses y motivaciones del niño y de su entorno para buscar a las rutinas cotidianas momentos que favorezcan el aprendizaje. El modelo incluye conceptos tan novedosos, pero a la vez tan lógicos, como que si la intervención del profesional se da en su entorno natural (casa, escuela, parque) los aprendizajes que se obtienen se consolidan en su vida real y mejoran realmente su autonomía. Además, nos habla de la importancia de la participación; necesitamos dedicar esfuerzos no tanto a mejorar movimientos o funciones corporales concretas sino a mejorar la participación del niño en la sociedad, en las rutinas diarias de su familia, entorno, amigos.

familia

Una de las primeras veces que yo oí hablar de este modelo fue el congreso que organizó SEFIP, la Sociedad Española de Fisioterapia en Pediatría,  en el año 2014. Yo y muchos otros compañeros creo que en salimos con la cabeza bien liada; pensando: ¿ahora resulta que nosotros no somos quienes decidimos qué tratamos y qué no? ¿hay que mover y tratar el niño dentro de su entorno natural? No entendíamos nada, y aún a día de hoy, confieso que continúo teniendo dudas en algunos conceptos que plantea, pero durante estos años le he dado muchas vueltas (y continúo haciéndolo).

Los fisioterapeutas nos pasamos mucho tiempo preocupados de que la postura sea correcta, que determinados movimientos se lleven a cabo con la secuencia muscular adecuada, que el patrón de marcha no esté alterado ..., pero nos hemos parado a pensar ¿qué pueden hacer los niños con todo esto? Nada de lo que hacemos en las terapias tiene sentido si al final del día no conseguimos que el niño pueda participar un poco más de las actividades que forman parte de su día a día. Durante mucho tiempo hemos esperado, por ejemplo, introducir ayudas técnicas para la marcha (andadores): que el movimiento fuera más adecuado o que el niño adquiriese más control de su cuerpo, incluso con la esperanza de que la mejora fuera tanta que ya no necesitase el aparato en cuestión. No obstante, tal vez hemos olvidado que todo este tiempo es tiempo que el niño pierde de explorar, de desplazarse donde su motivación le lleve, de compartir el espacio con otros niños...; en definitiva, ¡de hacer todas aquellas cosas que hacen los niños! Algunas corrientes terapéuticos hablan que para que los niños mejoren tienen que pasar por todas las etapas del desarrollo (volteo, rastreo, gateo, etc). No podemos pasar a etapas superiores (como sería la marcha con o sin ayuda) hasta que las anteriores estén alcanzadas. Y aquí es cuando me pregunto, ¿qué hacemos mientras esto ocurre? ¿Y si la patología no permite a un niño conseguir rastrear nunca? Entonces, ¿no podemos darle la posibilidad de experimentar la sensación de desplazarse por sí mismo nunca? La evidencia científica dice todo lo contrario, que cuanto más jugamos con la motivación del niño más conseguiremos, y está claro, basta detenerse en cualquier parque infantil cinco minutos y observar que a los niños lo que les motiva es moverse, explorar, descubrir.

niños parque

La fisioterapia pediátrica constituye una ciencia clínica en un proceso de evolución continua, y los descubrimientos científicos derivados de recientes investigaciones en neurociencia y en la ciencia del movimiento nos obliga a todos los profesionales a hacer una reflexión profunda y a tener flexibilidad ante la incorporación de nuevos conocimientos.

El camino que toma la fisioterapia pediátrica nos indica que no basta conocer y aplicar una serie de métodos o técnicas basadas en hipótesis teóricas para aplicarlas al niño de una manera mecánica, sino que necesitamos ser capaces de ver el niño, sea cual sea su patología, como un ser en crecimiento dentro de un entorno determinado y donde la interacción con este entorno es clave para su desarrollo. Creo que seguiré dando vueltas de cómo aplicar todos estos aspectos en la práctica clínica diaria para poder repercutir positivamente en la vida de los niños y sus familias, pero una cosa tengo clara: ¡la vida es lo que pasa fuera de la sala de fisioterapia!

 

Por Candy Piña

 

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Referencia de las imágenes 

  1. http://comodejar.info/como-lograr-una-alimentacion-saludable-para-los-ninos-opciones-y-consejos/
  2. https://cambiavidasconunicef.org/home/detallefoto/57
  3. http://aukeranpsicologia.com/web/jugar-a-vivir-vivir-jugando/

Comentarios (2)

Me parece un excelente artículo, comentario y más que todo algo en que debemos pensar todos… yo trabajo a domicilio y cada día lo que pienso es exactamente eso, estos niños viven acá, esta es su vida, su familia, yo solo estoy ahí una hora en el día a la semana, yo soy la que me tengo que adaptar no ellos a mi, y yo como profesional ayudarles a que tengan todas las oportunidades de compartir de la mejor forma con sus pares y entorno.
Gracias

Gracias Laura por compartir tus reflexiones y experiencia con todos nosotros.

Saludos cordiales

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